La operación de la perforación en la minería es de un complicado sistema de operación metro a metro, debido a muchos factores, de entre ellos podemos destacar los cambios de dureza de rocas, fallas geológicas, fisuras existentes por naturaleza o tronaduras anteriores, humedades, rellenos de material, altura sobre el nivel del mar, estado de los equipos de perforación, posturas, visibilidad, desgaste de elementos, entre otros. Estos obligan a determinar constantemente modificaciones en los parámetros de perforación, acciones de operación, chequeos y cambios de elementos de desgaste, análisis de situaciones, chequeos constantes en los cambios de detrito, chequeos en el sector general de la zona a perforar, visualización de los marcadores de cabina, así también de utilizar los distintos sentidos para detectar fallas en la operación tales como vibraciones y ruidos.

La resolución de este análisis instantáneo y casi innato es consecuencia de la experiencia y el conocimiento adquirido del operador a través del tiempo y su instrucción previa. Poder llevarlo a cabo significa por parte del operador una dedicación, concentración y compromiso con el trabajo realizado. Sin duda una buena operación en la perforación es el resultado del trabajo de un excelente operador.

A modo de chequeo de una buena operación de perforación existen síntomas que podemos percibir para corroborar nuestra acción:

-No se perciben vibraciones ni resaltos en la cabina o estructura de la perforadora

-La aceleración de la perforación tiende a cero, esto es que la velocidad de penetración es estable y se mantiene dentro de un rango.

-La mayoría de las partículas del detrito son de diámetro igual a la mitad del largo de los insertos del tricono.

-Los manómetros del Pulldown y RPM de rotación se mantienen en rangos cortos sin mayores oscilaciones.

-El detrito sale seco y la cantidad de polvo es mínima.